Restauración-limpieza

El siguiente paso a la carpintería y consolidación estructural del mueble sería la limpieza, esta será más o menos a fondo en función del nivel de deterioro del acabado del mueble. No siempre es necesaria la limpieza o decapado por deterioro del acabado, puede darse el caso de que el mueble tenga un barnizado excesivamente sintético o que esté muy oscurecido y el objetivo sería devolver el mueble a su estado natural o darle un acabado menos excesivo, mas suave.

Hay veces en las que un mueble tenía un buen acabado y se ha deteriorado por la acción de agentes externos (fregados con lejía y otros productos de limpieza abrasivos, quemaduras, haber pasado años en trasteros húmedos, etc.), en esos casos, y casi en la mayoría hay que decapar, esto es lijar la madera por completo hasta dejarla en su estado y color natural y a partir de ahí actuar en función de lo que pida el mueble y de lo que el cliente busque se trata de dejar la madera limpia y muy pulida a base de rebajar el lijado paulatinamente.

Otras veces no es necesario llegar tan a fondo porque el mueble simplemente esté reseco por la calefacción o por el simple paso de los años. Otras veces llegar a la lija supone un crimen porque arrancaríamos al mueble la peculiar pátina que solo los años  y el uso le dan  a las maderas que en su día fueron bien tratadas, es el caso de las piezas muy antiguas, en estos casos se procede a limpiar lo mejor que se pueda el acabado, digamos que lo  que tratamos en estos casos no es la madera sino el acabado originario de la pieza, se limpia con productos no agresivos, corrosivos ni abrasivo y con lanas de acero que son casi como esponjas en lo que a suavidad se refiere.

También hay casos en los que un mueble quiere pintarse, aquí también suele ser necesario dejar la madera virgen y pulida, suave para que luego la pintura quede perfectamente ceñida a sus formas, el mejor acabado empieza siempre por un muy buen lijado.